Hace muchos años que conozco al Señor y permanezco en Él,gracias a Dios y a mis hermanos.
He pasado situaciones difíciles siguiendo el camino, hubo momentos en mi vida en los cuales quería bajar los brazos y dejar todo; pero por la gracias de Dios, pude darme cuenta desde el principio, cuán importante es permanecer junto al pueblo de Dios.
Somos un cuerpo en Cristo donde vamos a ser aconsejados,consulados,fortalecidos, guiados. El Señor nos ha capacitado a cada uno con preciosos dones, para dedicarlos al servicio de Él.
Por tanto no seamos reacios a ofrecer ayuda, cuando algún hermanos lo necesite, ni seamos tan tímidos para pedirla y dejarnos ayudar cuando ellos lo quieran hacer.
Por Graciela Ojeda
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu opinión nos interesa