sábado, 28 de mayo de 2016

A mi hija Amada

Suave aroma de perfume,
Delicado olor de adoración, 
Dulce clamor de tu corazón.
Te escuché ayer, ahora escucha:


Si tienes frío, seré tu abrigo
Y si estás débil, tus fuerzas;
En la soledad tu refugio.
No lo olvides, grábalo contigo..

Que te baste mi gracia desde hoy.
Mi poder en tu debilidad verás,
Que te baste mi gracia una vez más.
Porque he querido en ti  morar.
Eres de mis pequeños y seré
como el padre que nunca perderás
y siempre que ese aroma venga a mí
sabes que tú plegaria he de escuchar
la voz de tu clamor atenderé
mi gracia de favor te cubrirá
y no estarás atada a tú corazón
volarás como ave en libertad.


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