Como cristianos no debemos sentirnos independientes. Estamos totalmente necesitados del Cuerpo de Cristo, nuestro Cuerpo. He pasado un tiempo difícil sin poder asistir a la Iglesia, me dedique por completo a cuidar a mi madre operada.
Un tiempo en el que entendí que también eso era servicio.
Sirviendo al prójimo, también servimos a Dios, mi necesidad por congregarme era cada vez más profunda. Pero la Iglesia vino a mí, por cada hermano que me hacía compañía o llamaban por teléfono. El Cuerpo de Cristo, mi Cuerpo, estuvo a mi lado, como si fuera el mismo Señor conmigo. Entendí profundamente el concepto de ser miembros del Cuerpo de Cristo. ( Romanos 12;4-5 )
Discernir que la Iglesia funciona trabajando juntos, el amor del Señor nos edifica y levanta. Sentir que hermoso es poder servirnos como hermanos en la necesidad.
Norma Veloso
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