martes, 17 de diciembre de 2013

ALGO PARA MEDITAR....

Reflexión sobre la Identidad y el Propósito...

Había una vez, en algún lugar que podría ser cualquier lugar, y un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales, y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín excepto por un árbol profundamente triste- El pobre tenía un problema :”No sabia quien era”.

-”Lo que te falta es concentración” le decía el manzano. “Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves lo fácil que es?”
-“No lo escuches”, exigia el rosal. “Es mas sencillo tener rosas… y ¿ves que bellas son?”

 El árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían. Y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez mas frustrado. Un día llegó hasta al jardín el búho, la mas sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol exclamo:

-“No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres en la tierra. Yo te daré la solución: No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas. Se tu mismo… conócete. Y para lograrlo, escucha tu voz interior.” Y dicho esto, el búho desapareció.

-“Mi voz interior…? ¿Ser yo mismo…? ¿Conocerme…?” Se preguntaba el árbol desesperado cuando de pronto, comprendió todo. Y cerrando los ojos y oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:

-“Tu jamás darás manzanas porque no eres una manzano; ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las a ves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje… Tienes una misión ¡Cumplela!

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de si mismo, y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.


Y tu… ¿has  dejado crecer el roble que hay en ti? En la vida todos tienen un propósito que cumplir, un espacio que llenar. No permitas que nada ni nadie te impida conocer y compartir la maravillosa esencia de tu ser. Pero sobre todo recuerda, jamás podrás conocer el propósito de tu vida, si no rindes tu corazón a aquel que te creó. Conocer a Dios es encontrar Su propósito para nuestra vida. Sé como el árbol del salmo 1:3, “que da su fruto a su tiempo, y su hoja no cae”.
                                    Mujeres cumplamos nuestro Propósito!!!
                                                              
                                                                  Con cariño Elizabeth Hernandez

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