martes, 23 de agosto de 2016

REFLEXIONANDO ...Un Testimonio de Vida.
EL Camino hacia la libertad: Jesús…
Me sacó del foso de desesperación…Salmo 40.2
Que mujer no sueña con un matrimonio bien consolidado, donde el amor y el apoyo mutuo sean los fundamentos esenciales para disfrutar una buena vida…y éste ha sido mi sueño ideal…Por el año 2001, conocí a un hombre, con planes de formar una familia, y demostraba mucho amor, a tal punto de que empezó a manifestar sus celos y sin poder evitarlo me controlaban…pero mi amor por él, no permitía ver que podía estar en peligro, al contrario por sus celos me sentía muy amada,…los meses pasaron, y decidimos después convivir juntos…Yo estaba feliz, por volver a formar una pareja, después de fracasar en mi primer matrimonio, y con mi hijo mayor, fuimos a vivir a su casa.
Al principio, parecía vivir en un sueño maravilloso, pero esos celos ya eran enfermizos, despertando su personalidad violenta…le enojaba mi forma de vestir, no quería que me maquille, me esperaba a la salida del trabajo, y las preguntas de porque estaba conversando con tal persona y así control tras control. Sin darme cuenta, casi no salía de mi casa, las discusiones y después los golpes tomaron control de mi vida. Fue un tiempo de mucha angustia y desesperación, y me consolaba escuchando sus palabras: perdón, por favor perdóname, no lo volveré hacer…y creyéndole siempre le perdonaba … y el ambiente de violencia me enfermó, hasta intenté quitarme la vida, y pasado otro tiempo me hundí en una profunda depresión… internándome en una clínica de enfermos mentales...Pero Dios estaba trazando el camino para llegar a Él, porque hubo alguien que envió, para hablarme del evangelio y al año siguiente comencé a congregarme, y me sanó de mi depresión…Aunque la violencia tanto verbal como física continuaron, no hubo quien no clamara y ayunara por un cambio en él…los años pasaron y nació mi segundo hijo, con la esperanza que podría cambiar, no fue así, aparte de la violencia, se sumó la infidelidad…y más violento se ponía…recuerdo un consejo sabio, debía tomar una decisión, porque Dios no quería eso, sino una vida de paz…Fueron 5 años de soportar golpes e insultos, de perdonar, de callar por vergüenza, de noches enteras de lagrimas, diciendo hasta cuando Señor? Esas situaciones conflictivas, debían irse y era mi decisión, porque Dios me mostraba el camino que debía seguir, pero me costaba hacerlo… Hasta que un día dije: hasta aquí llegó esta vida de maltratos y Dios se ocupó de todo, me guió donde encontrar el auxilio, a pesar que jamás lo denuncié, en lo judicial tuve puertas abiertas para obtener mi libertad… hoy puedo decir que mis cadenas se soltaron, aunque después pase por el proceso de restauración y sanidad de parte del Señor, puedo decir lo fiel que ha sido y con el tiempo empecé a disfrutar su nueva vida y esta vida también la ofrece para todas aquellas que anhelan ser libres en medio de la desesperación.
Testimonio de Carina López

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