La forma en que reaccionemos ante estos retos, es más importante que la circunstancia misma.
Puede darse que una desilusión nos haya golpeado con tal fuerza que quedamos tambaleándonos.
Cómo reaccionamos en esos casos determina la profundidad de nuestra experiencia con el Señor.
Nuestro orgullo no nos permite pasar por tontos y no podemos dar rienda suelta a los sentimientos, el amor propio herido sería desastroso.
Permítame decirle que la obra que Dios hace en el ser humano es profunda y real. Somos seres espirituales, nos movemos y existimos en Dios.
Su amor siempre nos rodea. Por eso, es posible mantener una actitud de paz y confianza sabiendo que Él lo controla todo.
En algunos casos no vemos la solución inmediata, pero es allí donde debemos encomendar los problemas a nuestro Padre.
Nuestro orgullo no nos permite pasar por tontos y no podemos dar rienda suelta a los sentimientos, el amor propio herido sería desastroso.
Permítame decirle que la obra que Dios hace en el ser humano es profunda y real. Somos seres espirituales, nos movemos y existimos en Dios.
Su amor siempre nos rodea. Por eso, es posible mantener una actitud de paz y confianza sabiendo que Él lo controla todo.
En algunos casos no vemos la solución inmediata, pero es allí donde debemos encomendar los problemas a nuestro Padre.
En momentos de descontrol es importante tomar unos instante para tranquilizar los pensamientos, y en oración, permítale al Espíritu Santo guiarle a la salida; tenga la seguridad de que la respuesta está allí y Dios le ayudará a encontrarla.
El Espíritu del Señor se mueve guiándole a una gran victoria, ahora mismo.
Por M. Cabrera
El Espíritu del Señor se mueve guiándole a una gran victoria, ahora mismo.
Por M. Cabrera
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