"Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón y no endurezcáis vuestra cerviz" Deuteronomio 10:16
Es un mandato de Dios para con su pueblo, el de limpiarnos de toda contaminación que tenemos de nuestra antigua vida, como por ejemplo: el orgullo, egoísmo, vanidad, juicio.
Debemos hilar fino en nuestro interior y examinar todo.
Todos tenemos algo de Dios para dar....."En cambio el que había recibido uno se fue cavo un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor". Mateo 25;18
El ya comenzó su buena obra en nosotros y nos limpia para llevar mas frutos. Ademas nos capacita, con el propósito de ver a Cristo en el hermano, con el fin de edificarnos y ayudarnos recíprocamente, puesto que la promesa escrita nos afirma...."te he hecho como las estrellas del cielo en multitud" Deut.10;22
Por Diana Echague
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