"Palabra de Jehová que vino a Jeremías,diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oir mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en mano, y volvió a mi palabras de Jehová diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel ..."
Jeremías 18:1-6
El alfarero como todos sabemos, es el artesano que trabaja el barro con sus manos, y le imprime la forma que él quiere. Esto constituye una hermosa ilustración, del poder y soberanía de Dios como creador.
Nosotros somos esas vasijas de barro que Dios quiere trabajar, para formar verdaderos vasos de honra y derramar sobre ellos su Espíritu Santo para que el mundo vea en nuestras vidas a su Hijo. Así, una vez llenos de su Espíritu, podremos servirle, para edificación del cuerpo de Cristo, cumpliendo el propósito eterno de Dios.
Que Dios nos ayude a rendirnos a su voluntad y conocer la eficacia de un Dios que todavía tiene todo poder en el cielo, en la tierra y debajo de ella.
Susana Chamorro
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