"Así se quedó Jacob solo; y lucho con el un varón hasta que rayaba el alba...Y dijo:Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejare, si no me bendices" Génesis 32;24-26
Este es un episodio crucial en la vida de Jacob, por su impactante perseverancia y la manera en que se aferro para alcanzar la bendición de Dios.
Estaba tan firme y decidido, que se convirtió en una lucha, con el objetivo de llegar al Señor, sin imaginarse lo que le esperaba a partir de ese momento, hasta ser "padre de muchedumbres".`
Por su insistencia admirable, logró tomar su bendición, que produjo una transformación en Jacob y hasta su nombre fue cambiado, expresando con alegría:"vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma".
Esta historia me hace reflexionar sobre la vida en Dios. Jacob, cambiado en Israel, es un testimonio para nosotros, primero por su obstinación en seguir a Dios, de modo que nos estimula para seguir su ejemplo, segundo la perseverancia en su camino, sin abandonar la lucha diaria, que nos alienta a permanecer en el Señor a pesar de las pruebas, alcanzando ese objetivo final y de victoria :" llegar a ver a Dios cara a cara que se refleja en nuestra alma librada".
Por Daniela Piedrabuena
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