La piel es el órgano más extenso del cuerpo. Ella es la encargada de protegernos de las agresiones externas y de la hidro-evaporación interna. Descuidarla puede perjudicar no sólo nuestra estética sino, también, nuestra salud.
El viento, el frío y la humedad característicos del invierno son agentes súper agresivos a los que nos enfrentamos todos los días y que la resecan y desmejoran notablemente. Por eso, es fundamental modificar nuestros hábitos, mantenerla hidratada y utilizar productos y tratamientos.
Consejos “caseros”
-Tomá por lo menos dos litros de agua por día.
-La calefacción emite sustancias que generan la muerte de las células cutáneas y quita la humedad natural de la piel. Lo aconsejable es mantener la temperatura cerca de los 20 grados.
-En la ducha, evita usar agua muy fría o muy caliente. Esto traumatiza la piel y puede causar el rompimiento de vasos sanguíneos. Lo ideal es bañarse con agua tibia.
- Mantené la humedad natural de tu piel utilizando cremas y jabones hidratantes en todo tu cuerpo y, sobre todo, en la cara y las manos.
-Come frutas frescas, si es posible con cáscara, ya que es ahí donde almacenan todas las vitaminas que beneficiarán.
Extraído de EntreMujeres
Por Mónica S
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