En nuestra sociedad hablar de ayuno suena a sacrificio, tristeza, privación
de placer.
Es causa de nuestra influencia de antepasados europeos, mesas repletas como
símbolo de prosperidad, salud y felicidad. Estos desbordes, por décadas, hacen
que miremos el ayuno con una actitud de profundo sacrificio.
El ayuno fue siempre en otras culturas el camino para lograr salud, serenidad,
fuerza interior y también vitalidad y rejuvenecimiento.
Actualmente en países como Inglaterra, EE.UU., Francia, Alemania, Argentina,
Brasil, etc., existen clínicas muy bien equipadas, en zonas en contacto con la
naturaleza, apoyadas con médicos de la Medicina Oficial ,
para internar a los pacientes y practicar curas por el ayuno. También algunos
de los habitantes de estos países mencionados, practican regularmente ayunos de
24 horas, para que el cuerpo repose y lograr mejor calidad de vida.
En la Biblia
lo vemos en Moisés, Elias. Jesús y sus apóstoles. Místicos como San Agustín.
Santo Tomás de Aquino. San Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola. y otros
hacían del ayuno una práctica corriente.
Hipócrates, Sócrates, Pitágoras, aconsejaban el ayuno. Platón sostenía que los
ayunos regulares mejoraban la capacidad física y mental. Plutarco decía que
abstenerse de alimento un día, era preferible a cualquier medicamento para
curar la mala salud.
Cuando hablamos de las enfermedades del hombre civilizado, hablamos de las
enfermedades de esta vida moderna. Es bien sabido que de las 10 principales
causas de muerte en el mundo, 6 tienen que ver con la alimentación: Cáncer,
Diabetes, Cirrosis Hepática, Hipertensión, Enfermedades Coronarias y
Colesterol. Como vemos nuestra forma de comer antinatural compromete nuestra
salud. Arroz blanco, azúcar blanca, aditivos químicos, carnes, fiambres, son
algunos de los principales causantes del P H ácido. Este lleva al envejecimiento
y a la enfermedad.
Los ayunos de 24 horas son muy eficaces, no ofrecen ningún riesgo, no precisan
control profesional. Es importante cumplir las 24 horas y no menos, para
aprovechar el efecto terapéutico. Elegir un solo tipo de líquido para beber.
Agua mineral (sin gas) pues el gas acidifica. Si es agua corriente pasarla por
el filtro,o hervirla para evitar cloro, plomo, etc. EL té es estupendo para ayunos, además
es rico en calcio, fósforo, hierro, sodio,es diurético, digestivo y
antioxidante.
Es importante que la motivación sea más fuerte que el deseo de
comer. Elegir día y horas adecuadas. Puede ser de mediodía a mediodía. Es
preferible no estar en contacto con mucha gente, pues al estar realizando una
limpieza del cuerpo, quedamos más sensibles y podemos estar más irritables y
con poca paciencia.
Si en algún momento viene un pequeño mareo, es un síntoma de que el cuerpo debe
limpiarse, pues cuanto más intoxicados estamos, más cuesta. Pero, estas
sensaciones se dan pocas veces. Por ello es importante motivarse. Las razones
por las cuales hacemos el ayuno, van a ser el motor que nos impulse a seguir.
También el privarnos de comida nos vuelve más lentos y ello es muy bueno para
la reflexión.
Por todo esto es importante elegir el día adecuado.
Cuando se haga una práctica de un día a la semana, el cuerpo ya lo pide al
octavo día.
Al finalizar el ayuno, ustedes se van a sentir muy vitales. Verán que si lo
adoptan semanalmente rejuvenecen, se vitalizan y cultivan la voluntad. Querer
es poder.
Pasadas las 24 horas, cuando ingieran alimentos, procuren que sean lo más
armonizados posible. Cereales integrales, vegetales crudos y cocidos, proteínas
vegetales, algas marinas. Eviten exceso de harinas, azúcar blanca o carnes.
Por Mónica Selva
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